A través de los medios de comunicación nos han vendido la idea desde niños que si somos buenos, cuando muramos iremos al cielo. De hecho se dice que cuando una persona muere, su alma llega a la portería del cielo donde es recibido por San Pedro, quien lee un libro donde está anotado todo lo bueno y lo malo que hicimos para decidir si esa persona es digna o no de entrar al paraíso.
Sin embargo, la Biblia dice que no somos salvos por nuestras obras sino por creer en Jesucristo, así que hay quienes dicen que una vez que creamos en el Hijo de Dios no hay nada que podamos hacer para que Dios nos rechace y seamos enviados al infierno. No obstante, si eso fuera cierto y a Dios no le importara si pecamos o no, no existirían versículos como este:
Hemos pecado y hecho lo malo; hemos sido malvados y rebeldes; nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus leyes.
Daniel 9:5
Lo que quiero decir con todo esto, es que lo que nos salva del infierno no es "lo bueno" que hagamos sino el creer en Jesucristo. Cuando digo CREER EN JESUCRISTO no me refiero solamente con ir a la iglesia y decir que somos cristianos, sino LLEVAR UN ESTILO DE VIDA que refleje que REALMENTE CREEMOS.
Por tanto, si decimos amar a Dios DEBEMOS OBEDECER sus mandamientos expresados en la Biblia y NO UNA VEZ sino TODOS LOS DÍAS de nuestras vidas.
Un mensaje para reflexionar y compartir
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