Todos en algún momento tenemos problemas, sea en el área que sea, y Dios no los desconoce. De hecho aunque a simple vista parezca lo contrario, Dios tiene control de cada detalle de nuestras vidas, sea que se lo pidamos o no. Es por eso que a veces nos va bien y otras veces nos pasan cosas malas de las cuales podemos aprender valiosas lecciones de vida si tenemos la actitud adecuada.
Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza, dirígeme por amor a tu nombre.
Salmo 31:3
El salmista era consciente de esta indiscutible verdad, es por eso que con un corazón humilde y dispuesto a dejarse guiar por Dios, él decide confiar en SU SABIDURÍA y encomendarle cada asunto de su vida. Teniendo la plena certeza de que Dios por amor a su propio nombre, no faltará a las promesas que plasmó en su Palabra para todos aquellos que en él confiamos.
Es por ello que el tema de hoy es una invitación a que con un corazón humilde le confiemos a Dios nuestros asuntos y prestemos atención a las señales divinas, ya que el no falla aunque llegase a tener ganas, porque nos ama, pero además porque no quiere que su nombre sea difamado. El hará todo lo que sea necesario para cumplir su Palabra al pie de la letra porque ÉL NO MIENTE y si ha dicho que estará con nosotros todos los días. ¡DALO POR HECHO!
Un mensaje para reflexionar y compartir
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