Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.
2 Crónicas 7:14
La Biblia cuenta la historia de Israel, el pueblo que Dios fundó con la descendencia de Jacob, el nieto de Abraham su amigo. Aunque este pueblo fue el especial tesoro de Dios, tuvo y sigue teniendo al día de hoy tiempos de crisis. Esto debido a que Dios los bendice cuando son fieles a él, pero permite toda clase de desastres en sus vidas cuando le dan la espalda.
Hoy en día, el "pueblo de Dios" somos su iglesia, los que conocemos su Palabra y sabemos lo que debemos hacer. Si permanecemos en él seremos bendecidos, pero si nos apartamos estaremos a merced de las calamidades que azotan al rebelde mundo que se rehusa a volverse a Dios y dejar sus malos caminos.
Un mensaje para reflexionar y compartir
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