Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha.
Salmo 16:11
Todos los que tenemos el privilegio de conocer la Palabra podemos decirle confiadamente a Dios como el salmista que gracias a que él nos enseñó la senda de la vida, podemos disfrutar de la dicha de estar no solo en la presencia sino a la derecha de Dios. Esto me hace pensar en la expresión "mano derecha" para referirse al asistente de alguien. Se puede decir que somos "mano derecha de Dios" ya que somos los encargados de hacer la obra de Dios en la tierra.
Como miembros de su iglesia, la cual es su cuerpo. Es a nosotros a quienes nos corresponde darlo a conocer al mundo, ser esos canales de bendición para expresar todo el amor y la bondad de Dios para con los seres humanos. Es un privilegio el que nos ha sido confiado, le da sentido y valor a nuestra vida. Nos convierte en la mejor versión posible de nosotros mismos.
Un mensaje para reflexionar y compartir
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