Frente al Arco del Triunfo
por Carlos Rey
Desde niño he sido seguidor del ciclismo profesional por haber crecido en Colombia, donde escuchaba emocionado, por la radio, la Vuelta a Colombia. Pero con el tiempo y la distancia, comencé a seguir el Tour de Francia, abrigando la esperanza de que tarde o temprano un colombiano se coronaría campeón de esa competencia ciclística, la más prestigiosa de las grandes vueltas del mundo.
Por fin se cumplió ese sueño mío, que compartían conmigo millones de colombianos, en la persona de Egan Bernal al final de la edición de 2019. ¡Qué alegría, qué dicha, qué satisfacción la que sentimos! Todos celebramos con Egan aquella apoteósica hazaña, tanto los que tuvieron la fortuna de estar presentes frente al colosalmente apropiado Arco del Triunfo en París como los que no nos íbamos a perder el verlo por televisión... desde los más pobres y humildes hasta los más ricos e influyentes de nuestra cultura.
Además de marcar un hito como el primer colombiano e hispanoamericano en ganar el Tour de Francia, ese era el momento culminante de lo que Egan Bernal había logrado prodigiosamente entre los escasos veintiún y veintidós años. Debutando en la categoría de Vueltas Mundiales, en 2018 se había coronado campeón del Tour de California, así como Campeón de Colombia de Ciclismo Contrarreloj y de Colombia Oro y Paz; y en 2019 Campeón de París-Niza y Campeón de la Vuelta a Suiza antes de Campeón del Tour de Francia, ¡siendo hasta esa fecha el más joven ganador en ciento diez años!
Por si todo eso fuera poco, esa última victoria inolvidable la acababa de obtener luego de haber caído en un entrenamiento, sufriendo la fractura de la clavícula izquierda, ¡sólo sesenta y tres días antes de la partida del Tour! Después de cruzar la meta final en la famosa Avenida de los Campos Elíseos, Egan le dio un beso en la frente a Ronald, su hermano ocho años menor que él, abrazó a su madre, Flor Marina Gómez, y posteriormente le entregó el trofeo de campeón a su padre, Germán Bernal. Toda Colombia lloró de emoción con ellos cuando su Himno Nacional retumbó en París.2
Sus palabras de reconocimiento las expresó Egan en cuatro idiomas —inglés, italiano, español y francés—, concluyendo con un «¡Viva Francia!» y «¡Viva Colombia!» El doctor Jairo Valderrama, profesor de Egan en el primer y único semestre que cursó de la carrera de comunicación social y periodismo en la Universidad de la Sabana, me comentó personalmente que Egan era «un muchacho entregado», «cumplidor», «de pocas palabras», pero que «se esforzaba» desplazándose todos los días en bicicleta desde su casa a más de veinte kilómetros de distancia de la universidad. «Por fortuna —expresó el profesor— Egan descubrió muy a tiempo su vocación», producto de «su grandísimo talento».2
Así como Egan, también nosotros debemos reconocer a quienes nos han apoyado en este mundo. Pero conste que, para recibir a título personal la corona de la vida frente al Arco del Triunfo en el cielo, es necesario que adoptemos y reconozcamos a Jesucristo como nuestro hermano mayor, que formemos parte de su equipo divino y que perseveremos hasta el fin en el Tour de la Vida.3
1 «El conmovedor encuentro entre Egan y su familia tras ganar el Tour», Periódico El Tiempo 28 julio 2019 <https://www.eltiempo.com/deportes/ciclismo/ video-de-egan-bernal-con-su-familia-y-novia-al-ganar-el-tour-de-francia-394202> En línea 1 diciembre 2021; y José Orlando Ascencio, «¡El apoteósico Egan Bernal, campeón del Tour de Francia!», 28 julio 2019 <https://www.eltiempo.com/deportes/ciclismo/ analisis-del-titulo-de-egan-bernal-campeon-del-tour-de-francia-2019-394322> En línea 1 diciembre 2021.
2 Mensajes WhatsApp de Jairo Enrique Valderrama Valderrama a Carlos Rey, 29 noviembre 2021.
3 Mr 3:35; Gá 4:5; Ro 8; Heb 2; Ap 2:10
-- por Carlos Rey
Desde niño he sido seguidor del ciclismo profesional por haber crecido en Colombia, donde escuchaba emocionado, por la radio, la Vuelta a Colombia. Pero con el tiempo y la distancia, comencé a seguir el Tour de Francia, abrigando la esperanza de que tarde o temprano un colombiano se coronaría campeón de esa competencia ciclística, la más prestigiosa de las grandes vueltas del mundo.
Por fin se cumplió ese sueño mío, que compartían conmigo millones de colombianos, en la persona de Egan Bernal al final de la edición de 2019. ¡Qué alegría, qué dicha, qué satisfacción la que sentimos! Todos celebramos con Egan aquella apoteósica hazaña, tanto los que tuvieron la fortuna de estar presentes frente al colosalmente apropiado Arco del Triunfo en París como los que no nos íbamos a perder el verlo por televisión... desde los más pobres y humildes hasta los más ricos e influyentes de nuestra cultura.
Además de marcar un hito como el primer colombiano e hispanoamericano en ganar el Tour de Francia, ese era el momento culminante de lo que Egan Bernal había logrado prodigiosamente entre los escasos veintiún y veintidós años. Debutando en la categoría de Vueltas Mundiales, en 2018 se había coronado campeón del Tour de California, así como Campeón de Colombia de Ciclismo Contrarreloj y de Colombia Oro y Paz; y en 2019 Campeón de París-Niza y Campeón de la Vuelta a Suiza antes de Campeón del Tour de Francia, ¡siendo hasta esa fecha el más joven ganador en ciento diez años!
Por si todo eso fuera poco, esa última victoria inolvidable la acababa de obtener luego de haber caído en un entrenamiento, sufriendo la fractura de la clavícula izquierda, ¡sólo sesenta y tres días antes de la partida del Tour! Después de cruzar la meta final en la famosa Avenida de los Campos Elíseos, Egan le dio un beso en la frente a Ronald, su hermano ocho años menor que él, abrazó a su madre, Flor Marina Gómez, y posteriormente le entregó el trofeo de campeón a su padre, Germán Bernal. Toda Colombia lloró de emoción con ellos cuando su Himno Nacional retumbó en París.2
Sus palabras de reconocimiento las expresó Egan en cuatro idiomas —inglés, italiano, español y francés—, concluyendo con un «¡Viva Francia!» y «¡Viva Colombia!» El doctor Jairo Valderrama, profesor de Egan en el primer y único semestre que cursó de la carrera de comunicación social y periodismo en la Universidad de la Sabana, me comentó personalmente que Egan era «un muchacho entregado», «cumplidor», «de pocas palabras», pero que «se esforzaba» desplazándose todos los días en bicicleta desde su casa a más de veinte kilómetros de distancia de la universidad. «Por fortuna —expresó el profesor— Egan descubrió muy a tiempo su vocación», producto de «su grandísimo talento».2
Así como Egan, también nosotros debemos reconocer a quienes nos han apoyado en este mundo. Pero conste que, para recibir a título personal la corona de la vida frente al Arco del Triunfo en el cielo, es necesario que adoptemos y reconozcamos a Jesucristo como nuestro hermano mayor, que formemos parte de su equipo divino y que perseveremos hasta el fin en el Tour de la Vida.3
1 «El conmovedor encuentro entre Egan y su familia tras ganar el Tour», Periódico El Tiempo 28 julio 2019 <https://www.eltiempo.com/deportes/ciclismo/ video-de-egan-bernal-con-su-familia-y-novia-al-ganar-el-tour-de-francia-394202> En línea 1 diciembre 2021; y José Orlando Ascencio, «¡El apoteósico Egan Bernal, campeón del Tour de Francia!», 28 julio 2019 <https://www.eltiempo.com/deportes/ciclismo/ analisis-del-titulo-de-egan-bernal-campeon-del-tour-de-francia-2019-394322> En línea 1 diciembre 2021.
2 Mensajes WhatsApp de Jairo Enrique Valderrama Valderrama a Carlos Rey, 29 noviembre 2021.
3 Mr 3:35; Gá 4:5; Ro 8; Heb 2; Ap 2:10
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