Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo y se encargó de criarlo. Las vecinas decían: «¡Noemí ha tenido un hijo!». Rut 4:16-17a (NVI)
¿Alguna vez has deseado tener cierto tipo de amigo?
Alguien sabio que te ayude a decidir qué hacer. Alguien cariñoso que te cuide y te priorice. Alguien que te señale todas las cosas gozosas en el mundo. Alguien que… bueno, la lista continúa.
No seas tonta, te dices a ti misma. ¡Estás buscando el mejor amigo, pastor, hermana, madre, padre, esposo e hijo, y todo en uno! ¡No existe nadie así! Sin embargo, sientes que aún te falta algo.
En el libro de Rut, Noemí era una mujer necesitada. Había perdido a su esposo y a sus dos hijos, y había sido desarraigada dos veces de su hogar. En una cultura donde una mujer necesitaba un pariente masculino que la cuidara en su vejez, Noemí no tenía ninguno.
Entonces Rut, la nuera de Noemí, conoció a Booz, lo cual desencadenó los acontecimientos que culminarían en Rut 4:16-17, el momento culminante de la historia de Noemí. Ella sostuvo en brazos a Obed, el hijo de Rut:
Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo y se encargó de criarlo. Las vecinas decían: «¡Noemí ha tenido un hijo!».
¡Un momento! ¿Qué? ¡El pequeño Obed no tenía ningún parentesco biológico con Noemí! Pero Rut 4:14-15 explica que él nació como su "redentor". Es un término antiguo que significa que parte del papel de Obed en la vida sería garantizar la seguridad y el bienestar de Noemí.
En otras palabras, Obed nació para suplir la carencia de Noemí. Su simple existencia satisfizo sus mayores necesidades.
Pero esto es lo que me llena de escalofríos y conecta la historia de Noemí con la tuya y la mía. La frase en hebreo no es simplemente "«¡Noemí ha tenido un hijo!»" (Rut 4:17). También podríamos traducirlo como "«Le ha nacido un hijo a Noemí»" (NBLA).
¿Te suena familiar? Isaías 9:6a dice algo muy parecido: "nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo…" (NVI). Habla de Jesús, y lo hace en los mismos términos que Rut 4:17.
Cuando conecté por primera vez el nacimiento de Obed con el de Jesús, quería contárselo a todo el mundo. ¡Jesús es para mí lo que Obed fue para Noemí! El nacimiento de Obed fue la solución perfecta a sus aflicciones. Y de la misma manera, Jesús, mi Redentor, nació para mí.
Jesús es mi Pastor sabio, mi Pastor proveedor, mi Esposo cariñoso, mi Amigo alegre. Él es el niño que me da esperanza para el futuro. Él es Aquel que nunca traiciona, nunca decepciona y siempre antepone mis necesidades a las Suyas de la manera más transformadora imaginable.
Jesús es la persona que anhelo.
Cuando a veces me siento lejos de Él, puedo pensar en el pequeño Obed, de quizás pocas horas de nacido, abrazado por Noemí. Imagino la intensidad de ese momento, la alegría desgarradora que debió sentir al tener ahora una esperanza y un futuro.
¡A Noemí le nació un hijo! Y a mí me ha nacido un Redentor.
Señor, Tú provees para mí de maneras mejores de las que yo podría imaginar. Gracias por darnos a tu Hijo. En el Nombre de Jesús, Amén.
¿Alguna vez has deseado tener cierto tipo de amigo?
Alguien sabio que te ayude a decidir qué hacer. Alguien cariñoso que te cuide y te priorice. Alguien que te señale todas las cosas gozosas en el mundo. Alguien que… bueno, la lista continúa.
No seas tonta, te dices a ti misma. ¡Estás buscando el mejor amigo, pastor, hermana, madre, padre, esposo e hijo, y todo en uno! ¡No existe nadie así! Sin embargo, sientes que aún te falta algo.
En el libro de Rut, Noemí era una mujer necesitada. Había perdido a su esposo y a sus dos hijos, y había sido desarraigada dos veces de su hogar. En una cultura donde una mujer necesitaba un pariente masculino que la cuidara en su vejez, Noemí no tenía ninguno.
Entonces Rut, la nuera de Noemí, conoció a Booz, lo cual desencadenó los acontecimientos que culminarían en Rut 4:16-17, el momento culminante de la historia de Noemí. Ella sostuvo en brazos a Obed, el hijo de Rut:
Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo y se encargó de criarlo. Las vecinas decían: «¡Noemí ha tenido un hijo!».
¡Un momento! ¿Qué? ¡El pequeño Obed no tenía ningún parentesco biológico con Noemí! Pero Rut 4:14-15 explica que él nació como su "redentor". Es un término antiguo que significa que parte del papel de Obed en la vida sería garantizar la seguridad y el bienestar de Noemí.
En otras palabras, Obed nació para suplir la carencia de Noemí. Su simple existencia satisfizo sus mayores necesidades.
Pero esto es lo que me llena de escalofríos y conecta la historia de Noemí con la tuya y la mía. La frase en hebreo no es simplemente "«¡Noemí ha tenido un hijo!»" (Rut 4:17). También podríamos traducirlo como "«Le ha nacido un hijo a Noemí»" (NBLA).
¿Te suena familiar? Isaías 9:6a dice algo muy parecido: "nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo…" (NVI). Habla de Jesús, y lo hace en los mismos términos que Rut 4:17.
Cuando conecté por primera vez el nacimiento de Obed con el de Jesús, quería contárselo a todo el mundo. ¡Jesús es para mí lo que Obed fue para Noemí! El nacimiento de Obed fue la solución perfecta a sus aflicciones. Y de la misma manera, Jesús, mi Redentor, nació para mí.
Jesús es mi Pastor sabio, mi Pastor proveedor, mi Esposo cariñoso, mi Amigo alegre. Él es el niño que me da esperanza para el futuro. Él es Aquel que nunca traiciona, nunca decepciona y siempre antepone mis necesidades a las Suyas de la manera más transformadora imaginable.
Jesús es la persona que anhelo.
Cuando a veces me siento lejos de Él, puedo pensar en el pequeño Obed, de quizás pocas horas de nacido, abrazado por Noemí. Imagino la intensidad de ese momento, la alegría desgarradora que debió sentir al tener ahora una esperanza y un futuro.
¡A Noemí le nació un hijo! Y a mí me ha nacido un Redentor.
Señor, Tú provees para mí de maneras mejores de las que yo podría imaginar. Gracias por darnos a tu Hijo. En el Nombre de Jesús, Amén.
Por Katy Morgan
Autora de The Outsider
Autora de The Outsider
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