domingo, 3 de julio de 2022

DÍAS DE ASOMBRO Y EMOCIÓN


David Wilkerson (1931-2011)

Dios, en su amor y misericordia, está permitiendo que los desastres azoten la tierra para advertir a todos los que oyen, que Jesús volverá y que es hora de prepararse. Él ama demasiado a sus hijos para traer su nuevo reino sin advertencia. Él sabe que la humanidad tiene dura de oír y que se necesitan desastres de proporciones sísmicas para llamar nuestra atención.

Estos desastres son una especie de cuenta regresiva, demasiado dolorosos para ignorarlos, permitidos por Dios para preparar el escenario para los últimos momentos del tiempo. Estos dolores de parto se harán más frecuentes e intensos a medida que nos acerquemos a la hora final. Cristo dijo a sus seguidores: "Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca" (Lucas 21:28).

¿Suena aterrador? ¿La verdad es aterradora? ¿Es realmente posible que el fin del mundo esté sobre nosotros? ¿Es justo este, el momento en el tiempo que todos los profetas en la Biblia predijeron que vendría? ¿Pueden incluso los cristianos más devotos comprender remotamente cuán terriblemente cerca está esta tierra de la hora de la medianoche? Una cosa es cierta: todo parece estar desmoronándose, hasta donde el ojo natural puede discernir.

Querido amigo, escucha lo que el Espíritu Santo me ha hablado en estos días. Sólo cinco palabritas pero tan poderosas que despertaron en mí una nueva esperanza gloriosa y fe. Esas cinco pequeñas palabras son: "¡Dios tiene todo bajo control!"

Si confías en Dios, puedes mirar cada desastre a la cara y proclamar con confianza: "Mi Dios le está hablando a este universo y su poder se está demostrando. Me quedaré quieto y veré la salvación del Señor". Dios tiene todo bajo control y nosotros estamos bajo su control. El mensaje de las Escrituras para esta hora es: "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2 Timoteo 1:7). Vivamos entonces en la confianza y la anticipación de la venida de nuestro Señor.

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sábado, 2 de julio de 2022

AQUEL QUE NOS DA FUERZA


Gary Wilkerson

Cuando encubres o reprimes ciertas emociones como el dolor, la pena o el temor, por lo  general es porque no quieres lidiar con ellas. Sin embargo, el problema de hacer esto es que no estamos hechos para reprimir ciertos elementos de nuestras vidas. No podemos reprimir el dolor sin reprimir también el gozo. No podemos reprimir el temor sin reprimir la paz.

Es por eso que Dios dice: "Tráelo todo a la mesa. Trae tu temor y yo te enseñaré paz. Trae tu dolor y yo te enseñaré consuelo". Jesús dijo claramente: "Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad" (Mateo 5:3-5).

Bueno, muchos cristianos en los Estados Unidos no creen en el luto. Actuamos como si el dolor viniera de la falta de fe en Dios. Sin embargo, si reprimimos la tristeza y el dolor, nunca recibiremos una medida completa del consuelo de Dios.

Recientemente, en mi propio estudio personal del Libro de los Salmos, me di cuenta de que leer estos versos casi estaba creando en mí la sensación de que necesitaba parar. No pude continuar hasta que estuve dispuesto a ser honesto con Dios y las Escrituras. Dado que he enfrentado algunos problemas serios en mi vida, saqué un block de notas amarillo y comencé a escribir cosas. Tuve que admitir: "Aquí hay cinco o seis cosas en los últimos diez años que me dolieron profundamente; y traté de evitar lidiar con ellas". Tuve que admitir que esta pena y dolor podían ser buenos porque el gozo podía salir de este lugar.

Veo a Dios protegiéndonos, al sacarnos de las tormentas, pero también, a veces, al dejarnos en la tormenta. Digamos que alguien está enfrentando una depresión y ves a Dios sacándolo de esa temporada de desesperación. ¡Eso es maravilloso! En otras ocasiones, sin embargo, vemos a Dios dejando a una persona en una posición difícil. En lugar de sacarlos de la situación, les da paz en medio de esa tormenta. Eso es maravilloso también. Nuestra seguridad es que Dios nos está protegiendo sin importar por lo que estemos pasando.

Cuando Pablo escribió: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13), no estaba ignorando ni reprimiendo el dolor de sus circunstancias pasadas o presentes. Simplemente sabía que Dios lo consolaría y lo ayudaría.

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viernes, 1 de julio de 2022

EL PODER DEL ESPIRITU DE DIOS

Jim Cymbala

Jesús dejó la tierra en el primer capítulo de los Hechos. Les dijo a sus discípulos que esperaran en Jerusalén el Espíritu Santo prometido, y así lo hicieron. Jesús los había discipulado, pero después de tres años de vivir con ellos, dándoles ejemplo, huyeron la noche en que fue traicionado y arrestado. Uno lo negó tres veces; uno lo traicionó; uno dudó hasta el final, y todos huyeron. Él les advirtió: "El espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" (Mateo 26:41).

No fue hasta que vino el Espíritu Santo que las cosas cambiaron. Eso es lo que el Señor nos dio. "El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros" (Juan 14:17).

Tú puedes tener todas las enseñanzas, textos y guías de estudio, todos estos tienen su lugar, pero a menos que Dios haga una obra dentro de ti por medio de su Espíritu, sólo vas a andar de una forma más moral. Sólo el Espíritu Santo trae convicción de pecado. Sólo él hace real a Cristo. Sólo él produce el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y templanza. De hecho, Pablo dice que el Espíritu es el espíritu de Cristo, por lo que él se convierte en nuestra vida. Dios no está obrando con el viejo Jim Cymbala; él quiere que Cristo viva a través de mí y de todos los creyentes.

Cuando Pedro, el que negó a Jesús, se puso en pie después de Pentecostés, predicó un sermón tan poderoso que trajo una profunda convicción de pecado. El verdadero evangelio que predicó Pedro es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. Ni el sistema de sonido, ni el lugar, ni los colores que le pongas, ni los carteles. Pablo dijo: "Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree, al judío primeramente y también al griego. Porque en él la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: El justo por la fe vivirá". Pedro lo predicó y miles vinieron a la iglesia ese día.

El único cambio para cualquiera en mi iglesia o en tu iglesia o en mí o en ti es el Espíritu de Dios en nosotros. "porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Filipenses 2:13).

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